Y así fue, sin querer, como te comencé a querer.
Sin querer, como te empecé a necesitar, cada
día mas y más.
Sin querer, sin querer... ¿cuántas cosas pasan sin querer?
Y es que a veces no se necesitan señales para darte cuenta de que algo nuevo y bueno está apunto comenzar.
A veces simplemente las cosas se dejan llevar, y ni te das cuenta de lo que está por llegar.
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